Archives

  • 2018-07
  • 2019-04
  • 2019-05
  • 2019-06
  • 2019-07
  • 2019-08
  • 2019-09
  • 2019-10
  • 2019-11
  • 2019-12
  • 2020-01
  • 2020-02
  • 2020-03
  • 2020-04
  • 2020-05
  • 2020-06
  • 2020-07
  • 2020-08
  • 2020-09
  • 2020-10
  • 2020-11
  • 2020-12
  • 2021-01
  • 2021-02
  • 2021-03
  • 2021-04
  • 2021-05
  • 2021-06
  • 2021-07
  • 2021-08
  • 2021-09
  • 2021-10
  • 2021-11
  • 2021-12
  • 2022-01
  • 2022-02
  • 2022-03
  • 2022-04
  • 2022-05
  • 2022-06
  • 2022-07
  • 2022-08
  • 2022-09
  • 2022-10
  • 2022-11
  • 2022-12
  • 2023-01
  • 2023-02
  • 2023-03
  • 2023-04
  • 2023-05
  • 2023-06
  • 2023-07
  • 2023-08
  • 2023-09
  • 2023-10
  • 2023-11
  • 2023-12
  • 2024-01
  • 2024-02
  • 2024-03
  • 2024-04
  • br De acuerdo con Joane Nagel la

    2019-04-29


    De acuerdo con Joane Nagel, la reconstrucción de una cultura histórica desde diferentes espacios de reflexión busca establecer pertenencia grupal, es decir, construir bases para una comunidad nacional y/o étnica y crear solidaridad grupal. Con “culturas de solidaridad” me refiero aquí buy PLX 4032 la emergencia de una supuesta conciencia colectiva y significados compartidos que resultan del compromiso en una acción común. En esta misma línea, la recuperación de la Historia y su re-escritura implican una selección retrospectiva de lo que busca consolidarse como conformante de una determinada identidad comunitaria, siempre de acuerdo con ideologías del presente. En esta línea, mi punto de partida para argumentar el posicionamiento del autor es el patrón teórico que hace virtual el trasfondo de la obra En la prisión de los sueños. Michelle Wright, en Becoming Black. Creating Identity in the African Diaspora, arguye que lo que une las reflexiones de los intelectuales de la diáspora africana en América, en el siglo xx, es la metodología teórica que utilizan para sus reflexiones. Según Wright, este método se desplaza entre diferentes formaciones teóricas occidentales, de las cuales las principales son las dialécticas hegeliana y marxista y el dialogismo bajtiniano. Desde estas premisas es posible leer en la obra de Altunaga una reconceptualización de la “identidad negra” cubana, alrededor de la lucha interna del propio personaje negro que, desdoblado en un alter ego, oscila entre ambas dialécticas, y juega como un zigzagueante apunte autobiográfico del mismo autor. Entrada la década de los noventa, y siguiendo el camino que habían comenzado otras expresiones culturales como el rap o las artes plásticas en cuanto a la denuncia de un neo-racismo, Eliseo Altunaga ingresa en lo que considero la etapa cubana de su obra, en tanto concentra sus tramas en momentos fundantes de la historia de la Isla. Si en la novela A medianoche llegan los muertos (1998) el núcleo se sitúa en la avanzada del general Antonio Maceo hacia el occidente de Cuba durante la guerra de Independencia, En la prisión de los sueños abre el espectro histórico para reflexionar sobre otros episodios menos invocados por la literatura, como la Guerrita del’12 o la Revolución y el posterior Periodo Especial. Es trascendente que buy PLX 4032 con la narrativa de Altunaga, por primera vez en la literatura, se ponga en cuestionamiento el lugar del “negro” en la sociedad cubana de los últimos 50 años. En este punto, entonces, me parece necesario leer la manera en que el escritor da cauce a la tensión que se produce, ya no sólo en el orden social sino también intelectual y subjetivo del personaje negro cubano. Esto adquiere importancia al tomar en cuenta que el autor trata un comprometido cuadro político en aquellas primeras décadas revolucionarias, en las que primaba la idea del “hombre nuevo”, sin distinción de clases, razas ni religiones. Aun cuando el autor no tiene una relación conflictiva en la actualidad con el Estado, todo lo anterior nos da luces para ver una estela autobiográfica en la novela, particularmente en cuanto a bulbourethral glands los posicionamientos críticos. El eje dramático de En la prisión… se va desarrollando a través de los relatos que el Profesor, un militante de la vanguardia política revolucionaria cubana, sueña que, a su vez sueña, que narra a un grupo de “negros” durante un agobiante verano habanero de los años noventa. Todo sucede dentro de una prisión y los personajes de sus relatos son los mismos con quienes, en sueños, el Profesor comparte el espacio de la cárcel. En sus momentos de vigilia es un hombre que deambula por las calles de Centro Habana, es testigo y parte de la terrible situación socioeconómica en que se vio sumida la Isla durante el Periodo Especial. Este punto de apoyo espacio-temporal le permite al autor hacer una apelación más directa para entrar en la discusión actual, y desde allí establecer el diálogo con el pasado. Esto significa que, si por un lado los hilos que estructuran ideoestéticamente la obra En la prisión renuevan aquellos rastreables en sus obras anteriores —la realidad construida a partir de imágenes, la distancia entre el relato histórico y el hecho, el lenguaje como obstáculo, la convicción de sobrevivencia del “negro” en una nación “blanqueada” ideológicamente, la presencia viva de la religiosidad afrocubana—, por otro lado, Altunaga integra esta novela en el debate por el lugar del “negro” en el sistema socialista cubano, tras la imagen revolucionaria del Uno indivisible. Pero además, si el relato está dirigido a desmenuzar la columna interior que sostiene el régimen de verdad del poder, ello está puesto en función de un objetivo mayor que es el de introducirse en las posibles subjetividades negras para, desde allí, abrir el juego. Con este propósito, el mecanismo representacional de En la prisión de los sueños desmontará la dialéctica del amo y el esclavo como régimen de verdad para, finalmente, por oposición, proponer como síntesis al “sujeto negro consciente”, en el sentido fanoniano del concepto.